La Lógica del Tianguis

 

El Tianguis o mercado sobre ruedas no solo es una muestra de la cultura popular mexicana y su vida con todo su folklore. Es sin duda, una ventana a la ideosincracia del consumidor mayoritario de nuestro país.

Desde un enfoque mercadológico, existen realidades muy particulares a la hora de ofertar productos; por ello, miremos la lógica del tianguista:
a) Mostrar con colores llamativos los precios en cartulinas, que por lo general es casi imposible no ver. A veces, llegando a colgarse a nivel de los ojos, lo que innevitablemente nos hará chocar contra ellos.
b) El vocear fuerte invitando a la compra, destacando alguna virtud del producto (rico, jugoso, grande,barato) y halagando a la "marchante" (transeúnte) aunque dichos halagos sean reverendas incongruencias (decirle "güerita" siendo de tes morena,  por ejemplo).
c) El uso de la temperatura con el color y la luz (ambientación), sobre todo cuando se trata de alimentos, por ejemplo con las frutas o las carnes. Para ello, colocan lonas plásticas de color rojo o anaranjado para realzar el color dorado de alguna fritura o de frutos. Inclusive colocan focos de color ámbar para darle brillo y mejor realce. También obviamente sirve para disimular imperfecciones.

Ahora bien, desde un punto de vista de diseño, los puntos a, b, c, hablan de una premisa máxima: "el que no enseña no vende". El "diseño" rudimentario que utilizan los tianguistas sigue una lógica común pero no deja de ser valiosa. Es esta escencia de venta lo que rige cualquier diseño que se jacte como tal. La función del diseño es VENDER. Cuando se entiende esto, queda más claro que todo trabajo que se realice para vender bien y mejor, parte de una mercadotecnia orientada hacia el cliente y un diseño orientado a "invitar" y "persuadir" de los atributos tangibles y no tangibles del producto y jamás en base a un gusto personal.

Si la lógica del tianguista a comprendido esta realidad, me pregunto: ¡¿porqué sigue habiendo clientes que exigen diseños en base a gustos personales como si se tratase de una demostración de su ego?! y a su vez, también me cuestiono: ¡¿porqué todavía existen diseñadores y mercadológos que se envanecen con proyectos altamente elaborados y costosos donde se pierde de vista la comunicación del mensaje en pos de una estética?!. Al parecer, entonces muchos profesionales se embriagan de la bola de teorías y retóricas que en vez de ser un acercamiento al consumidor final son un verdadero estorbo. Ser profesional dista mucho de "cantinflear" eso me queda claro.

Dejemos de jugarle a la retórica seudopolítica en los mensajes, seamos claros al pedir un trabajo de diseño, al plantearlo y al exponerlo. Que en este mundo lleno de contaminación visual y de excesos, busquemos lo que añoramos todos cuando somos consumidores... claridad.

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