Diseño con letras vs. Diseño sin letras

En la actualidad, ante toda la revoltura de tendencias, problemas sociales y desajustes económicos...¿qué hace un diseñador? Me pregunto en pensamientos mientras camino por las calles de la ciudad. Entre excesos gráficos, montonales de mensajes entremezclados, basura, ruido, contaminación y en fin... esto hace que la labor de comunicación de un diseñador requiera que se torne más creativa y contundente pero sobre todo más limpia.

La bronca está, en que el nivel y calidad de los egresados de diseño (hablando de todos sus espectros: gráfico, industrial, ambiental, etc) deja mucho que desear. No solo por los planes de estudios tan escuetos, si no por los mismos aspirantes de diseñadores. Por desgracia, se forman más operadores de programas que "creativos".

El diseñador debe ser un "solucionador". Debe brindar respuestas y no preguntas en este sentido. Y la cuestión aquí es que los diseñadores en general no estamos dando el ancho. Existen muchas áreas donde el quehacer del diseñador debiera estar aplicándose y lo están tomando especialistas de otras áreas. Esto; a mi ver, es producto de diseñadores poco cultos. Lo que a la larga ha dado como resultado hasta la propia disyuntiva de existencia del -Diseño- como lo conocemos ahora. Seguramente en pocos años más adelante desaparecerá como carrera al igual que sociología, publicidad, entre otros.

Se necesita un diseño con letras, con libros, con conocimiento... darle el peso justo a la teoría, enriquecer la profesión con contenido. Porque esas son las bases. Justamente la teoría le da fundamento al diseño, es donde se separa de un pseudo arte y se manifiesta como un excelente trabajo de comunicación. 
El diseño con letras está bien hecho, es puntual y efectivo. Es en este punto donde adquiere un valor más allá de un oficio y se convierte en disciplina.

En contraparte, tenemos en la actualidad un sin fin de muestras de diseño sin letras, por inspiración divina y dirigida por gustos personales. Entre diseñadores que no saben defender sus proyectos, darle justificación y sentido... otro poco más de clientes que no valoran el trabajo puesto que los mismos diseñadores devalúan su propia obra por unas cuantas monedas.

Seamos parte de una solución en la profesión y conduzcamos la disciplina a nuevos horizontes, llevando las riendas de nuestra adaptación en este mundo vertiginoso que se vuelve cada vez más exigente. Propongo y sueño con un diseño con sentido, con concepto, con creatividad... con letras.

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